
Sucesión empresa familiar
Los expertos coinciden en que la sucesión empresarial suele gestionarse mal, entre otras razones porque no se realizan las premisas fundamentales para que la cesión sea un éxito. Su cumplimiento, por lo tanto, es condición indispensable para que el proceso de sucesión se desarrolle convenientemente y, de este modo, el futuro de la empresa no acabe en manos del azar y la improvisación. Existe acuerdo en que hay una serie de requisitos generales que llevan a una sucesión exitosa, si bien su cumplimiento exige un conjunto de actuaciones que desarrollen el plan de acción, que siempre deberá adaptarse a las características y circunstancias de cada empresa. Las resumimos en tres grandes grupos:
- Anticiparse: no dilatarse para que la sucesión se produzca tras cumplirse sus distintas etapas.
- Planificar: establecer un plan a largo plazo, un proceso flexible que exige cumplir una serie de fases.
- Preparar al sucesor: el sucesor ha de conocer el negocio, estar preparado y motivado.
Todo ello se resume en la implementación de un sólido plan de sucesión que, lejos de crear tensiones, dé confianza a todos los miembros de la familia y de la empresa. Se trata de un asunto capital, pues la sucesión en empresas familiares es uno de los grandes problemas que amenaza la supervivencia de las pymes. Así, sobrevivir más de tres generaciones dependerá en buena medida de un plan estratégico a largo plazo en el que se incluya un cuidadoso plan de sucesión a partir del que poder gestionar el proceso de cesión a una nueva generación o, si fuera conveniente, se delegase la gerencia a un profesional externo.